lunes, 23 de noviembre de 2009



REPRODUCCIÓN
El ciclo vital se distingue también del de los Ascomicetes por la corta duración del
micelio que se forma al originar las basidiósporas. Este micelio primario o
monocariótico puede producir mitósporas a modo de conidios. Pronto se produce la
reproducción sexual que, excepto en los grupos más primitivos es muy sencilla, por
simple fusión de hifas compatibles (somatogamia). El micelio dicariótico así formado
puede ser muy resistente y durar muchos años. Así una sola plasmogamia puede
conducir a la formación de muchas fructificaciones (basidiomas), enteramente formadas
por micelio dicariótico. La plasmogamia también puede ocurrir en ocasiones mediante
Espermatización.
De vez en cuando también puede darse la reproducción asexual mediante la formación
de conidios, artrósporas y clamidósporas.
Su ciclo de vida consta de 3 etapas. Partimos de una basidióspora. Esta germina y emite
un tubo germinativo y un micelio tabicado con un núcleo en cada una de sus células
(núcleo de tipo + o de tipo ).
Ese micelio, como ya hemos dicho se denomina micelio
primario y lo normal es que sea de vida corta. En la somatogamia los dos micelios
primarios se ponen en contacto.
Se va a formar un micelio con dos núcleos cada uno. Este micelio que se forma con dos
núcleos (dicariótico) es el micelio secundario, que es el más importante como fase
vegetativa de los hongos. Suele ser hipogeo (subterráneo) y puede aguantar durante
muchos años de vida.

BASIDIOMICETOS
Con más de 22.000 especies los Basidiomicetos constituyen el segundo grupo en
importancia entre los hongos superiores que se caracterizan por tener núcleo dicariótico.
Se diferencian de los Ascomicetos por la mayor importancia y duración de la fase
dicariótica y, ante todo, porque las esporas que se originan después de la meiosis no son
endosporas, sino exósporas, que se forman en general en número de cuatro en la
superficie de la célula esporífera, que se denomina basidio.
El talo es un talo filamentoso de tipo miceliar, con hifas tabicadas o septadas, con una
pared bien estructurada y rica en quitina, y estos tabiques son incompletos por la
presencia de un poro que no es sólo una perforación como ocurría en los Ascomicetes,
sino que es más complejo y se llama poro dolíporo, con forma de tonel. Este poro tiene
un tamaño de 0,102
micras de diámetro y lo que hace es seleccionar el tipo de
partículas que van a pasar de una célula a otra.
Es típico que el poro tenga en sus extremos una estructura como un “casco” que se
llama parentosomas o bandas de cierre y que seleccionan aún más el paso de sustancias.
Suelen ser de retículo Endoplásmico. La presencia de doliporos no es absolutamente
general entre los Basidiomicetes, pues en los más primitivos o no existen o existen pero
no están perforados.



RESULTADOS
Ambos ensayos de IFI mostraron que las levaduras de P.
brasiliensis se unen a laminina y fibrinógeno, pero no a fibronectina.
Adicionalmente, se observó que dicha interacción era independiente
de la cepa utilizada. Por otro lado, se encontró que las levaduras
unían anticuerpos antifibrinógeno. Ensayos de afinidad a la fibronectina
mostraron que únicamente se unía a esta proteína una fracción de
aproximadamente 28KDa provenientes de extractos de micelio.
DISCUSIÓN
Estos resultados muestran que las levaduras del hongo P.
brasiliensis se unen a ciertas PMEC (laminina y fibrinógeno).
Adicionalmente, la unión del anticuerpo anti-fibrinógeno indica la
presencia de una proteína semejante al fibrinógeno. Además, los ensayos
de IFI y ligando de afinidad indican la presencia de una proteína
de unión a la fibronectina en el micelio pero no en la levadura, lo que
sugiere que la expresión de esta molécula podría ser regulada durante
el proceso de transformación micelio-levadura y estar relacionada
con la capacidad patogénica de cada fase del hongo. Estos hallazgos
sugieren que las interacciones anteriores serían de gran importancia
en el establecimiento y diseminación de la enfermedad.




INTRODUCCIÓN La adhesión de los microorganismos a células del hospedero o a proteínas de matriz extracelular (PMEC), representa el primer paso para establecer un proceso infeccioso (1). Así, se ha determinado que propágulas de hongos de importancia clínica se unen a diferentes PMEC. Recientemente se ha demostrado que conidias y micelios de Paracoccidioides brasiliensis se unen a PMEC tales como laminina, fibrinógeno y fibronectina (2). Hasta el momento no se conoce cuál es la interacción entre levaduras de P. brasiliensis y PMEC. METODOLOGÍA Se utilizaron dos cepas colombianas de P. brasiliensis, una aislada de un paciente (ATCC-60855) fase levadura y micelio, y otra de un armadillo de nueve bandas (Dassypus novemcintus) (ATCC-204479) fase levadura. Su interacción con las diferentes PMEC fue determinada por ensayos de inmunofluorescencia indirecta (IFI), utilizando microscopía de fluorescencia y citometría de flujo. Adicionalmente, se realizaron electroforesis de proteínas (SDS-PAGE) y ensayos de ligandos de afinidad, para determinar la unión de estas proteínas a extractos citoplasmáticos y de pared celular de levaduras y micelios
Para su defensa frente a animales y para competir con las bacterias que habitan los mismos medios, los hongos sintetizan un gran número de sustancias químicas, como alcaloides tóxicos (responsables del envenenamiento al ingerir setas) y sustancias bactericidas o antibióticos, como la penicilina.
La clasificación se los hongos se realiza atendiendo a los mecanismos sexuales de formación de esporas. Se establecen así tres filos, conocidos como Zigomicetos, Ascomicetos y Basidiomicetos. Para los hongos que han perdido la reproducción sexual se crea un filo polifilético, el de los Deuteromicetes u hongos imperfectos. Por último, suelen clasificarse en un grupo aparte las asociaciones simbióticas con algas: los líquenes.
Existen pocos restos fósiles. Los más antiguos datan del periodo Devónico, y ya entonces estaban asociados a las plantas.
La importancia económica de los hongos es considerable, especialmente en lo referente a su relación con las plantas, colaborando en su nutrición mediante micorrizas, o causando muchas de sus principales enfermedades. Tienen importancia también las fermentaciones fúngicas en la elaboración de alimentos, como el pan o las bebidas alcohólicas. Estos organismos pueden causar graves pérdidas al consumir alimentos almacenados, dando lugar a su podredumbre en cuanto la humedad sea suficiente para su desarrollo. Por último, citar su importancia en la producción de medicamentos, sobre todo de antibióticos.
La mayoría de los hongos son habitantes del suelo. Su estructura celular parece adaptada a este ambiente y permite al micelio nutrirse en un medio donde concurren gases atmosféricos, agua, sedimento y materia orgánica que descomponen para su alimentación. También hay algunas formas dulceacuícolas y marinas, y numerosas formas de parásitos externos o internos de otros organismos pluricelulares, principalmente plantas. Además de formas saprófitas y parásitas, existen numerosas especies que obtienen su alimento por simbiosis con plantas y algas. La principal simbiosis con plantas la constituyen las micorrizas, en las que el hongo aporta sales minerales a la planta, y la planta, materia orgánica al hongo. Las simbiosis con algas forman estructuras fotosintéticas, capaces de adaptarse a ambientes aéreos extremos por su temperatura, poca humedad o falta de sustrato llamados líquenes.
La manera habitual de reproducción de los hongos es mediante esporas unicelulares. Las esporas pueden generarse por mecanismos sexuales o asexuales, y es frecuente la presencia en el mismo esporangio de ambos tipos de esporas. La reproducción sexual se realiza por conjugación de hifas de signo opuesto. En estas uniones, los núcleos no se fusionan. Las células que se produzcan a partir de esta conjugación, poseen dos núcleos haploides: uno del padre y otro de la madre. La fecundación, unión de estos núcleos, sólo tiene lugar al formarse los órganos productores de esporas . La unión de los núcleos da lugar a zigotos diploides, que rápidamente sufren meiosis para dar lugar a esporas haploides. Las esporas se propagan generalmente por vía aérea, dando lugar, en condiciones adecuadas, a nuevas hifas. Los hongos carecen de desarrollo embrionario, de modo que de la espora surge directamente una hifa con las características propias de la especie.
Todos los hongos son heterótrofos (se nutren de materia orgánica) y la mayoría son aerobios (consumen oxígeno en su metabolismo). El alimento lo absorben por la superficie del cuerpo, en lugar de ingerirlo como los animales. La cantidad y variedad de sustancias metabolizables por los hongos es superior a la del resto de los organismos eucariotas, aunque no alcanzan la variedad metabólica de las bacterias.
Los hongos carecen de movimientos rápidos por la presencia de su pared celular, y por carecer de cilios y flagelos. Su movimiento se realiza por crecimiento o pasivamente, por suspensión en un medio fluido.
La compleja estructura de sus órganos reproductores, esporangios o setas, es una adaptación a la dispersión aérea de las esporas.

Hongos Ascomicetos


Organismos eucariotas caracterizados por su tipo de nutrición heterótrofa, sus células cubiertas por una pared formada por un polisacárido llamado quitina, la ausencia total de cilios y flagelos, y la formación de estructuras reproductoras unicelulares llamadas esporas (formadas generalmente en esporangios).
Entre los hongos hay formas de organización celular muy diversas:
Especies unicelulares como levaduras
Filamentos plurinucleados como muchos mohos
Estructuras pluricelulares complejas, como las setas.
Los núcleos de sus células suelen ser haploides, y sólo es diploide el zigoto formado en la fecundación que rápidamente sufre meiosis, generando de nuevo núcleos haploides.
La forma vegetativa de la mayoría de los hongos la constituyen células de forma alargada, más o menos ramificadas, llamadas hifas. El conjunto de hifas recibe el nombre de micelio. Las formas reproductivas son, en ocasiones, considerablemente complejas, recibiendo entonces el nombre de setas.
Son organismos muy abundantes, aunque generalmente poco patentes, pues en la mayoría de las ocasiones sus formas son microscópicas.
Hay descritas unas 10.000 especies vivas, pero es muy probable que su número sea mucho mayor, dado su pequeño tamaño y su poca diversidad morfológica.